La relación tóxica con la comida es algo de lo que casi nadie habla, hablamos de hacer dieta, comer más saludable, hacer mucho ejercicio, dejar la comida chatarra, pero, pocas veces verificamos si hay heridas por sanar para poder mejorar la relación que tenemos con la comida y hacer cambios mucho más eficaces.
DEJAR DE COMER POR ANSIEDAD
La relación que establecemos en nuestra vida no son solo con personas, podríamos tener una relación tóxica con la comida y no saberlo.
Una relación tóxica con la comida es muy común en esta época, por la comercialización masiva de comida alta en sustancias adictivas.
Es por eso que el vínculo emocional que tengamos con la comida es muy importante, porque nos ayudará a sentirnos feliz, con confianza y a estar saludables
Hay muy poca gente que sabe que nos relacionamos aún con lo que pareciera no tener vida, en este caso la comida y puede ser una relación sana o tóxica.
Aunque para algunos hablar sobre una relación tóxica con la comida no es un tema relevante, hay muchas personas que sufren mucho por la relación tan tóxica que llevan con la comida, ya sea por comer emocionalmente o tener miedo a la comida, otros, por el contrario no lo han notado, porque no presentan sobrepeso o algún problema severo de salud, por lo que no le prestan atención.
Muchas personas que tienen una relación tóxica con la comida no presentan sobre peso o algún síntoma físico, por eso no les importa, pero, llega un momento en que el metabolismo se deteriora y comenzamos a ver como nuestro cuerpo se transforma y es en ese momento que las personas notan que hay algo que no va bien con lo que comen.
¿Te ha pasado que te sientes satisfecho (a) pero aun así no puedes dejar de comer?
¿Has querido comenzar una vida saludable y no puedes?
Es muy probable que esto se deba a la relación tóxica que has construido con la comida, quizás la comida se ha convertido en algo muy importante y no puedes dejar de pensar en comer.
Es importante entender que una relación tóxica con la comida es algo más allá de voluntad, es más emocional, autoestima y tiene que ver con el refugio que encontramos en ella.
A veces la relación tóxica con la comida tiene que ver con la obsesión que hemos creado por nuestra apariencia, que nos hace sentirnos con ansiedad y comer descontroladamente.
Esto trae sentimientos de culpabilidad y frustración.
“Comer emocionalmente” a todos nos ha pasado, pero para algunos esto puede representar un problema de gravedad, porque afecta la salud y también la autoconfianza, no me refiero a los estéticos, sino que cuando se intenta comer saludable e iniciar una dieta distinta no se puede tener resultados porque pareciera que no hay control sobre lo que se come y simplemente terminamos comiendo mal; hay un mensaje en el subconsciente que nos hace creer un poquito menos en nosotros.
Vea: La mejor rutina para comenzar el día
Entender lo que está desencadenando la conducta de comer emocionalmente puede ayudar a seguir los pasos necesarios para dejar de hacerlo. Lo más importante es entender que no se trata de controlar las emociones, sino de sanarlas. Es necesario sanar nuestra relación con la comida para alcanzar la meta de llevar una vida sana.
Vea: Llorar sana las emociones
¿Cómo creamos una relación tóxica con la comida?
Puede que la respuesta sea obvia, pero todo esto ha sido un proceso de aprendizaje desde pequeños.
Desde pequeños aprendimos que la comida está relacionada con felicidad, castigo, tristeza, triunfo.
Entonces, cuando nos sentimos todas estas emociones de forma intensa, necesitamos comer. Para un cumpleaños tenemos que comer dulce, porque.. ¿Quién no come dulce para su cumpleaños? Por ejemplo:
Cuando se le enseña a un niño que cada cosa que haga bien se premia con dulce.
Ese niño aprende que el buen comportamiento o logro necesita ser celebrado con dulce, o cuando un pequeño llora y se le da galletas para que deje de llorar, se enseña que la comida sirve de consuelo a las emociones difíciles.
Y adivinen que hará ese niño ya adulto cuando pase por un mal momento…
… Exacto, comer un envase completo de helado.
Entonces cuando estamos feliz, logramos un ascenso en el trabajo o cuando estamos tristes, sentiremos la necesidad de comer, porque eso es lo que hemos aprendido.
Hay un estudio muy interesante en el que se detectó que cuando alguien está contento parece preferir comer alimentos como la pizza, o sea, alimentos salados, mientras que la gente triste prefiere el helado y las galletas. El aburrimiento se muere por devorar alimentos salados y crujientes, como las patatas fritas o plátanos fritos también.
Esto te puede hacer pensar lo siguiente: ¿Por qué nadie siente el deseo desmedido de comer apio o brócoli cuando está triste?
Puede haber 2 causas
Todos de alguna forma comemos por emociones, pero cuando el problema es más grave te impide alcanzar metas y daña tu salud. Podrías estar pensando en comida todo el día y odiándote cuando termines de comer eso que sabías que no debías comer.