Hace un mes, Enero, mientras estaba sentada en un estudio de danza apareció una pequeña, que casi no noté su presencia, fue solo hasta que Martijn me dio un beso y salió del lugar que escuche su voz aguda y me hacia una pregunta
Me sorprendió su pregunta porque su tono de voz era cómo de una mujer adulta y apenas tenía unos 7 años.
Voltee y le sonreí, respondiéndole
Ella sonrió de vuelta y me dice, aunque no tan convencida
La mire fijamente, queriendo entender el por qué de su tono de voz medio dudoso y le suelto la pregunta que provocó una respuesta que me hizo alucinar,
Ella me miró, abrió los ojos y me dijo sin duda “ NO! <nunca quiero casarme, yo prefiero estar SOLTERA!”
Me pareció gracioso porque no pensé que ella tendría una opinión tan fuerte de lo que quería.
En mi mente no cabía su reacción y me pareció muy interesante sus gestos, ella tenía muy claro que eso del casamiento no era para ella, luego me dice
Su cara me decía todo, ella estaba muy convencida de lo que estaba diciendo, por eso le pregunté
Tenía una gran duda, quería saber porque tenía ese pensamiento y opinión tan marcada, pero, no me quedaron dudas cuando escuché su respuesta;
WOW!!! Aluciné!!!! Saben lo potente que fue eso para mi!
No querer casarse me parece una opinión valida, pero tener esa opinión a los 7 años de edad es algo que deja sin palabras, lo segundo que pasó por mi cabeza fue que los pequeños son observadores por naturaleza, querer estar soltera el bello, pero, ella me estaba dando algunas señales de que lo que había visto en la relación entre sus padres le había enseñado que estar sola siempre es mejor opción, que las relaciones de pareja asustan y eran aburridas.
Ella conocía muy bien las bases de sus argumentos, entonces le dí opciones solo por curiosidad, a su respuesta.
Cuando dije eso sus ojos brillaron y su sonrisa me hizo ver que tenía muchos sueños.
Me miro y por unos segundos guardo silencio, luego me lanzó una pregunta…
Sus preguntas hicieron que mi corazón se estremeciera, esa niña hizo que mi noche fuera más reflexiva, no solo por el hecho de que hablaba como una adulta, sino por las situaciones que ha tenido que experimentar para madurar.
Lo sabio que son los pequeños, lo poderoso que es el ejemplo.
Cuando me di cuenta ya teníamos 40 minutos hablando como mejores amigas, riendo y compartiendo de nuestras vidas.
Me llevo una enseñanza de vida con esta pequeña, un abrazo caluroso y muchas reflexiones.
Me siento agradecida de mi nueva amiga de 7 años.