Dime Con Quién Andas y Te Diré Quién Eres
El famoso dicho “Dime con quién andas y te diré quién eres” sugiere que las personas están influenciadas por las compañías que eligen mantener.
Nuestros abuelos o padres lo usaban y siempre defendiamos que no era cierto.
Pero, ha algunas teorías y estudios que afirman que es totalmente cierto el dico de tus abuelitos
Esto es importante porque te ayudará a tener mñas cuidado de tu circulo cercano y comprender que muchas veces esas personas son un reflejo tuyo.
Desde una perspectiva psicológica, este adagio tiene un profundo fundamento en la teoría de las relaciones interpersonales.
Y la influencia que estas ejercen sobre la personalidad de un individuo.
En este artículo, exploraremos cómo las teorías psicológicas de destacados autores explican la influencia de las relaciones en quiénes somos y cómo interactuamos con el mundo que nos rodea.
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El dicho “Dime con quien andas y te diré quien eres” encuentra su primer sustendo en la teoría del apego.
La teoría del apego, desarrollada por el psicólogo británico John Bowlby
Este, sostiene que nuestras primeras relaciones afectivas, especialmente con nuestros cuidadores primarios, tienen un impacto fundamental en nuestra formación de la personalidad.
Los patrones de apego que desarrollamos en la infancia pueden influir en cómo nos relacionamos con los demás a lo largo de nuestras vidas.
Y cuando se desarrollo la teoría de apego, pero en adultos, se notó que el apego que tenemos de pequeños, normalmente se mantiene de adultos.
Por ejemplo, un niño que experimenta un apego seguro con sus padres tiende a desarrollar una personalidad segura y confiada en la adultez.
Por otro lado, un apego inseguro puede llevar a la formación de una personalidad más ansiosa o evitativa.
En este sentido, las personas que nos rodean en nuestros primeros años de vida tienen un impacto significativo en la construcción de nuestra identidad y la forma en que interactuamos con los demás.
Aunque en este caso no hablamos de amigos, se comprende que el dime con quien andas y te diré quien eres es muy aplicable.
Porque dependiendo del entorno de los primeros años, formas gran parte de tu personalidad y la forma de relacionarte.
Teoría para una relación perfecta
Otra teoría psicológica que respalda la idea de que nuestras relaciones influyen en nuestra personalidad es la teoría del grupo social.
Según esta perspectiva, nuestra identidad se forma en gran medida a través de la identificación y el vínculo con grupos sociales específicos…
como la familia, los amigos, el trabajo y la comunidad.
Las personas tienden a adoptar las normas, valores y comportamientos de los grupos a los que pertenecen.
Esto significa que las relaciones que mantenemos pueden influir en nuestra percepción de nosotros mismos y en la forma en que actuamos en diferentes contextos sociales.
Por ejemplo, alguien que pasa mucho tiempo en un grupo con valores altruistas puede desarrollar una personalidad orientada hacia la ayuda a los demás.
Cuando estoy rodeada de personas que fuman, hay mayores posibilidades que en algún momento yo también lo haga.
Y así mismo, si estás rodeada de personas que están en el estilo de vida fitness, probablemente, te sentirás con más inclinación por ese estilo.
Esta teoría que también sostiene el dicho de “dime con quien andas y te diré quien eres” fue planteada por el sociologo norteamericano Charles Cooley La teoría del reflejo de self sostiene que nuestras relaciones con los demás actúan como espejos en los que vemos nuestra propia identidad y autoimagen.
A través de la retroalimentación que recibimos de los demás, formamos una percepción de quiénes somos y cómo nos ven en el mundo.
Si mantenemos relaciones positivas y saludables, es más probable que desarrollemos una autoimagen positiva y una personalidad equilibrada.
Por otro lado, las relaciones tóxicas o negativas pueden socavar nuestra autoestima y contribuir a la formación de una personalidad más insegura o problemática.
Una vez más, observamos un planteamiento que defiende que las relaciones sociales afectan en como nos comportamos y nos percibimos.
Si bien nuestras relaciones pueden influir en nuestra personalidad, también debemos recordar que tenemos cierto grado de control sobre con quiénes elegimos relacionarnos.
Las elecciones de relación conscientes pueden ser una poderosa herramienta para el crecimiento personal y la formación de una personalidad saludable.
Para asegurarnos de que nuestras relaciones sean positivas, es importante ser selectivos y establecer límites saludables.
Esto significa rodearnos de personas que nos apoyen, nos inspiren y nos ayuden a crecer como individuos.
Al hacerlo, podemos utilizar la influencia de las relaciones para fortalecer nuestra identidad y nuestra personalidad de una manera positiva.
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