La belleza estética tiene un gran peso en la sociedad de hoy en día y aunque poco a poco el ser humano va descubriendo que hay muchas cosas más allá, cosas más profundas, es difícil desapegarnos y comenzar a aceptar nuestra naturalidad, nuestras peculiaridades.
Para comenzar tenemos que comenzar a reconocer las diferencias entre una desgastante preocupación de estar alineadas con los estereotipos y el cuidar nuestro cuerpo. Al final el límite entre estas dos cosas es “de donde hacemos las cosas” por ejemplo;
Muy bien podría decirte que hacer ejercicio es una forma de cuidarnos y amarnos y que nada tiene que ver con querer cumplir un patrón de belleza,
pero, al final, lo que determinará la verdadera finalidad por la que estás entrenando es el desde donde hace las cosas. Las puedes hacer desde el amor propio, cuidado y respeto o desde la frustración, negación y cólera. Los gimnasios están repletos de personas con físicos fenomenales y con una autoestima por el piso.
Por eso vemos muchas personas consumiendo sustancias muy dañinas para su cuerpo, dejando de comer o comprando productos perjudiciales, todo con el afán de tener un buen cuerpo, pero, eso refleja el poco amor, cuidado y respeto que tienen por el mismo.
Lo mismo sucede con las fajas, el maquillaje y el cabello. Todo depende del porqué de las cosas, Les comentaba en el video de “quítate el maquillaje” que tuve una adolescencia muy preocupada por lucir de una manera muy apegada a aquellos estereotipos y cuando veo mis fotos , veo una chica incomoda, inconforme y estresada.
Es normal que todos los seres humanos pasemos por etapas de encontrarnos y descubrirnos, principalmente en la adolescencia, pero muchas veces arrastramos esas preocupaciones y apegos a lo largo de nuestra vida adulta.
¿cómo hacer para comenzar a aceptar nuestra naturalidad?
Al final todo lo que llevamos dentro se refleja en el exterior.